AndesGenetics comenzó su camino en 2017, marcando una evolución importante desde nuestros primeros pasos en el ‘parque viejo’ de Casa de Lata. Ese año inauguramos las nuevas instalaciones para que ayudaron a consolidar nuestro programa de cría. En 2022, dimos un paso adelante al trasladar un primer grupo de ciervos, incluyendo un macho y varias hembras, de Casa de Lata a las nuevas instalaciones de Santa Isabel.
Nuestros ciervos, en el corazón de la Patagonia, representan la fuerza y la elegancia. Con genética centenaria, estos ‘Reyes de los Andes’ mezclan la majestuosidad de los cuernos andinos con una genética de clase mundial. Nuestro objetivo es producir ciervos colorados distinguidos por fuertes cornamentas, donde predomina su largo, amplitud y grosor sobre cantidad de puntas.
Seguimos el sistema de medición del CIC, lo que garantiza que nuestros ciervos no solo alcancen altas puntuaciones, sino que también reflejen fielmente la esencia de su especie. En AndesGenetics, la excelencia en la cría se logra respetando y potenciando el verdadero espíritu del ciervo colorado.
La historia de estos ciervos en Argentina empieza con las primeras importaciones hace más de un siglo, cuyas líneas genéticas arraigaron y prosperaron cerca de la cordillera. Esas manadas iniciales son la base del valioso patrimonio genético que hoy continuamos desarrollando. En AndesGenetics, honramos y avanzamos este legado, dando forma al futuro de la cría de ciervos colorados en Patagonia.
El ciervo colorado, llamado además ciervo rojo o real, se encuentra originalmente distribuido en numerosas regiones de Europa, excepto el extremo boreal; en Asia se extiende por todo el norte hasta Siberia oriental y Manchuria, llegando por el sur hasta las laderas meridionales del Himalaya; también vive en Africa del norte (Argelia y Túnez), aunque más raramente. Su distribución se halla hoy en día muy ampliada por las introducciones hechas por el hombre, habiéndoselo llevado a diferentes regiones del mundo, incluyendo Australia, Nueva Zelanda. Argentina y Chile.
En el año 1906, el Sr. Pedro Luro introdujo por primera vez, en su estancia de la provincia de La Pampa, dos variedades de ciervo colorado, procedentes de los Cárpatos húngaros y de las montañas de Austria, y fueron llevados allí sólo por motivos estéticos y deportivos. En una extensión de 800 hectáreas cercadas, llamada coto San Huberto, los ciervos se reprodujeron extraordinariamente y más tarde se escaparon e invadieron otras zonas de la provincia al ceder las alambradas a causa de las lluvias.
En el año 1922, el Sr. Roberto Hohmann introdujo en su estancia Collunco, cerca de Junín de los Andes, provincia del Neuquén, un lote de ciervos colorados provenientes del coto San Huberto, los que también se reprodujeron en gran número con el tiempo, pues en el año 1951 había unos 8.000 individuos. En 1945, una gran extensión de la estancia Collunco quedó incluida en lo que es hoy el Parque Nacional Lanín. En un primer momento los ciervos se dispersaron en la región situada entre los lagos Lolog y Huechulafquen, pero más tarde se extendieron algo más hacia el norte y hacia el sur. En 1960 se calcula que habría, por lo menos, alrededor de 12.000 ciervos colorados en esa región interlacustre.
En el año 1958, la entonces Dirección de Parques Nacionales puso en vigencia el sistema de arriendo de cotos de caza deportiva durante la época de la brama (marzo-abril) en el Parque Nacional Lanín, sistema que se mantiene hasta el presente. En total se establecieron quince cotos, donde concurren numerosos aficionados a la caza mayor, tanto nacionales como extranjeros.